viernes, 24 de noviembre de 2006

La convivencia y los espacios comunes, una opinión.

He estado inquieto por los últimos envíos que han hecho algunos vecinos respecto de la convivencia y los espacios comunes, es decir, en como vivimos cada uno de nosotros el uso de estos y en como respetamos o no al vecino, a los demás.

No creo ser el ejemplo de ninguna conducta intachable, por el contrario, creo que en innumerables ocasiones he cometido errores graves de convivencia y creo también que todos estamos expuestos a cometer dichos errores en tanto seres humanos que somos.

En todo caso, creo que las dificultades son para superarlas y no para eternizarlas y aumentarlas, creo que el tener una predisposición favorable a mejorar nuestra calidad de vida pasa en primer lugar y como tema de fondo por el tema de la convivencia, en los diferentes niveles en los cuales, obviamente, uno se desarrolla: el trabajo, la familia, la relación con los amigos, la vecindad, etc. Pero creo también que el tener una buena convivencia no puede ser excusa para limitar nuestras opiniones y dejar de dar nuestro punto de vista, creo que eso es siempre una pérdida. Hoy por hoy está muy de moda la idea de “respetar la diferencia”, cosa que de buenas a primera a todos nos puede parecer muy bien, pero que en la mayoría de los casos se transforma más bien en la “indiferencia con el otro”... cada uno en su espacio acotado y, dado que todas las opiniones son legítimas y válidas, la dificultades se van transformando en silencios eternos y distancias extrañas de “respeto por el otro”, que yo más bien considero que son más parecidas a “me da lo mismo, mientras no me moleste, yo no lo molesto”.

Lo bueno es que evito el problema, lo lamentable en el tema es que tampoco avanzo en mejorar nada, más bien el círculo redunda en que cada uno se va aislando de los demás.

¿Cómo podría ser diferente? Creo que cuando los temas son entre personas puntuales, lo ideal es que ambas personas puedan conversar sus diferencias, no para ponerse necesariamente de acuerdo en algo (no creo que el consenso sea una obligación), pero sí para escuchar el punto de vista del otro, para tratar de comprender el lugar desde el cual el otro habla y plantea una molestia-propuesta-reclamo, si después de eso algo sale, es decir, algún acuerdo se puede obtener, excelente, pero no tiene por qué ser una obligación la obtención de ello.

Creo que cuando los problemas dejan de ser “cara a cara”, es decir, persona a persona, y se trata más bien de los diferentes usos que se les puede dar a los bienes colectivos (por ejemplo, una plaza), se deben buscar ciertas reglas mínimas de convivencia y el cuidado de estos espacios como tarea primordial. En general, ocurre que no vivimos con reglas de convivencia explícitas que apunten a fortalecerla en el uso de los espacios públicos y tampoco cuidamos estos espacios, mas bien se tiende a utilizar los espacios y bienes públicos como si al ser de todos no fuesen de nadie, en vez de cuidar y valorar bienes/espacios que sería imposible que cada uno tuviese por separado. Entonces, me parece que los bienes comunes son para usarlos y cuidarlos/mantenerlos para que también los otros puedan usarlos.

¿Qué hacer?

Hay diferentes iniciativas que se han mencionado, pero que no se han concretizado respecto de la convivencia y el espacio público en PRT: poner un horario tope para las actividades que se hagan en las plazas, no carretear en las calles y las plazas, poner bolsas de basuras en los basureros y preocuparse de limpiarlos y botar la basura, preocuparse de tener por el menor tiempo posible escombros y materiales de construcción fuera de las casas, limpiar las calles y veredas frente a nuestras propiedades, reparar los juegos de la plaza si se deterioran, limpiar la maleza de lugares en donde no hay pasto, poner pasto en estos lugares, reparar el pasto dañado de las plazas, insistir en que los niños no jueguen en las calles sino en las plazas, cambiar los árboles plátanos orientales por otros que no generen los problemas de alergia, regar los árboles que no reciben riego automático, insistir con los niños que no desparramen los materiales dejados por los vecinos ni ensucien las calles con piedras y terrones de tierra, poner juegos infantiles en la plaza que carece de ellos como regalo a los niños para esta Navidad, etc.

Creo que hoy puede ser un buen momento para plantearnos estos temas y trabajar por ellos, tal que, efectivamente, más allá de solucionar los problemas (muy necesario de realizar) también seamos más propositivos y activos en la mejora de nuestra calidad de vida comunitaria.


Claudio Akugna

 

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