Estimad@s vecin@s
publico mail que me ha enviado nuestra vecina Ma Cristina Cárdenas, para que conversemos estos temas,
"Te pido, por favor, que subas al blog la carta que te he enviado, (yo no soy
muy experta, nací en la época en que no había computación), para compartirla
con los demás vecinos, ojalá que ellos entiendan mi inquietud"
saludos.
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Hola Claudio, te escribe tu vecina María Cristina de Calle Vasco de Gama
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Hace mucho tiempo que estoy por plantearte una gran inquietud, quizás no
pase más allá de un desahogo, pero necesito contarte, en tu papel de
Presidente de nuestra Junta de Vecinos, de las molestias que tengo que vivir
día a día por haber tenido la mala idea de comprar mi casa en esta Villa y
más encima frente a la plaza.
Ya llevo no sé cuantas lágrimas derramadas, porque con toda la ilusión y
sacrificio uno se endeuda para tener una casa, pero no sabe a quien va a
tener de vecino o si se va a inundar en el invierno o no.
Desgraciadamente las cosas no han sido como yo esperaba, pues al llegar aquí
y ver la placita me dije: que bueno, entre todos la tendremos bonita, un
pulmón verde para nuestro conjunto habitacional, un hermoso lugar que mirar
desde la ventana, los niños podrán jugar y aprender a amar la naturaleza,
pero ¡santas buenas peras! como diría Batman, nada de eso ha sucedido.
Veo con angustia como día a día la plaza se deteriora y en vez de ser un
lugar feliz para todos, se ha ido convirtiendo en cancha de fútbol, para
alegría de los que patean la pelota y la revientan en mi reja todos los días
y para desgracia del pastito y de los árboles que a duras penas tratan de
resisitir el embate de los pelotazos y de los niños que les sacan las hojas
destruyéndolos poco a poco.
Me da mucha pena, porque en una comuna tan contaminada como Pudahuel, lo
menos que podríamos hacer los que vivimos aquí es plantar más árboles y
tener áreas verdes y flores, pero nadie les enseña eso a los niños, ¿qué
mundo estamos construyendo los adultos que no le enseñamos a nuestros hijos
a cuidar el entorno, a amar la naturaleza y a respetar a los viejos?
Hemos estado muy preocupados de las inundaciones, de hacer bingos solidarios
y de comer choripanes, pero ¿realmente nos importan nuestros vecinos cuando
dejamos que nuestros hijos hagan lo que quieran en la calle hasta cuando les
place? ¿o cuando conversamos a viva voz con gritos y risotadas frente a
nuestras casas, pero no tomando en cuenta a los vecinos que duermen después
de una agotadora jornada de trabajo?
Esto me preocupa mucho Claudio y te lo hago saber porque me siento muy
triste por lo que está pasando, que quizás sea yo la única que lo percibe.
Yo pensé que aquí iba a ser feliz, incluso con gran sacrificio he hecho mi
jardín que no sé cuánto más va a durar con los pisoteos y pelotazos, pero no
ha pasado tanto tiempo para darme cuenta que sufriré cada día de los que
pase aquí y desgraciadamente es mi casa, a la que tengo que llegar todos los
días despues del trabajo y en la que no puedo tener paz pues no se´si habrá
silencio en las noches o pelotazos en mi ventana.
Te pido que me disculpes, no soy una vieja amargada, me encanta participar y
construir futuro para mi barrio y mi país, pero nadie escucha el clamor de
la naturaleza pidiendo que no la destruyan y nadie constribuye al
mejoramiento de nuestro clima plantando un árbol y enseñándole a los niños
que la plaza no es cancha de fútbol, es más le estimulan los malos hábitos
organizando pichangas en plena calle con papá feliz incluído.
Disculpa mis palabras, no quiero herir a nadie, pero yo también tengo a
derecho a decir lo que siento, soy tandueña de este lugar como cualquiera y
me siento en el deber de levantar mi voz para no permitir que nuestro mal
llamado Parque Habitacional se convierta en un lugar inhabitable donde reine
la ley del más fuerte y donde a nadie le importe el bienestar de su vecino
porque "para eso estamos en nuestras casas" como dicen en las poblaciones de
personas a las que nadie les ha enseñado que nos debemos respetar como
verdaderos hermanos e hijos de Dios que nos dio este mundo tan hermoso y al
que algunos se empeñan en destruir.
No sé si mis palabras tendrán eco en tí o en alguno otro vecino, pero quise
contarte mi pena, porque si eres Presidente de nuestro Parque puedas tomar
en cuenta mi grito de angustia cotidiano.
Un saludo cordial para tí y todos los que deseen hacer de nuestro entorno un
lugar feliz.
María Cristina
miércoles, 15 de noviembre de 2006
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